La República Islámica de Irán celebra la primera semana de febrero,
la victoria de la batalla ideológica que marcó el inicio de los cambios
estructurales en la correlación de poder en su país, antiguo bastión
político y militar de EEUU e Inglaterra en Asia y el Medio Oriente.
Durante los “10 días que conmovieron al mundo en el año de 1979”
cuando las masas de iraníes reaccionaron de forma histérica contra la
represión brutal del hasta entonces “Emperador de los Persas” el SHA,
Reza Pahlevi, en el marco de una dictadura corrupta tránsfuga y sátrapa a
los intereses de Estados Unidos. Los signos de la decadencia moral
fueron aniquiladas cuando el líder político–religioso en el exilio
ayatolla Seyyed Ruhollah Musavi Kkomeini impulsó un frente único por las
libertades bajo la premisa del rescate teológico de los preceptos del
Corán como base para la construcción de una República Islámica.
La Irán de hoy es capaz de defender su soberanía contra el mayor
imperio que ha existido en la historia de la civilización. Por ello,
Irán y EEUU mantienen la pugna por la supremacía del control político y
económico del Medio Oriente. Y más cuando esa región representa el
centro geopolítico energético del mundo.
Para Irán se trata de la defensa de su sistema político, que se
muestra independiente de cualquier margen de confluencia del capitalismo
occidental. Las amenazas de una intervención militar a gran escala
obligan a la dirección política y religiosa de Irán a acelerar y
acrecentar los programas de producción de armamento, la plena
movilización militar de sus fuerzas armadas y su pueblo.
El punto de inflexión para los EEUU es la capacidad tecnológica de
generar energía nuclear. Para la nación persa es la decisión soberana de
transformar la energía con base en la fisión nuclear.
La escalada de violencia política está llegando a su punto máximo y
esta vez difiere de la “Batalla Naval Esporádica”, que se dio entre Irán
y EEUU en 1988, cuando fuerzas especiales de EEUU emplearon aviones y
barcos de guerra para destruir plataformas petroleras y barcos de guerra
iraníes. La desventaja para la marina de guerra iraní fue total para
ese entonces. Hoy, la situación es distinta, Irán ha construido una
flota marítima con un vasto programa de misiles balísticos, lanchas
rápidas lanzatorpedos y aviones de guerra. Además su estructura
ideológica– operativa está concebida para la guerra asimétrica a gran
escala.
El escenario está servido, el punto de quiebre sería el estrecho de
Ormuz, donde, de proseguir ataques económicos como el embargo petrolero
contra Irán, esa nación respondería con un cierre militar al paso por el
que transita el 70% de los recursos energéticos del planeta.
Simón Henderson, experto en Medio Oriente, asegura que “las
capacidades iraníes, especialmente las capacidades asimétricas, han
mejorado considerablemente desde los años 80. Es poco probable que un
conflicto naval hoy en día entre Irán y EEUU (o una coalición)
permanezca limitado”.
—¿Cuáles serían las actuales capacidades defensivas de la República Islámica de Irán?
—En un escenario real de guerra, según estudios del Centre for
Research on Globalization, es alta la probabilidad de que los
portaviones estadounidenses ataquen a Irán desde afuera del Golfo
Pérsico, previendo contraataques por parte de Irán o el cierre del
estrecho de Ormuz. Por su parte, Irán no necesitaría acercarse a la V
flota, pues posee un gran arsenal misilístico y torpedero teledirigido,
de los que una sola ráfaga reduciría la capacidad de defensa de los
buques agresores.
POTENCIAL MILITAR
La capacidad iraní para la fabricación de misiles de corto, mediano y
largo alcance sobrepasa cualquier análisis de estrategas
norteamericanos. Irán posee, asimismo, la capacidad de fabricación de
lanchas súper rápidas, porta misiles y torpedos, fabricación de aviones
de guerra con modelo y patrón MIG y por último, la fabricación de
aviones no tripulados.
El ministro de Defensa iraní, Mustafa Mohamed Nayar, anunció
recientemente la producción de los submarinos “Al qaem”. Según el
Ministerio de Defensa iraní, la Fuerza Aérea posee más de 750 aviones de
guerra, en gran medida de origen ruso y chino.
En medio de una crisis sistémica del capitalismo, las potencias
imperialistas erigen diversos artificios legales para lograr respaldo de
la comunidad internacional a sus políticas intervencionistas. Muestra
de ello es la doctrina de la “Responsabilidad de Proteger”, que persigue
legitimar y legalizar la violación de la soberanía de los países, bajo
supuestas obligaciones de proteger poblaciones vulnerables contra
regímenes políticos y militares antidemocráticos.
Ésta ha sido la base de los discursos de mandatarios de las potencias
capitalistas para justificar su intervención en Libia, preparar el
terreno de una eventual incursión en Siria en las próximas semanas y
preparar condiciones a mediano plazo para un conflicto con Irán.
Esta gran capacidad defensiva iraní, construida en respuesta a las
constantes amenazas de EEUU, nos obliga a asumir el reto de
aseguramiento defensivo de nuestra soberanía. Debemos fortalecer
programas de desarrollo y ampliación de la capacidad tecnológica de
armas de defensa, tomando en cuenta que nuestro país es poseedor de las
mayores reservas petrolíferas del mundo, lo que nos ubica en importante
sitial del eje energético del planeta. El legado emancipador de Simón
Bolívar está más vigente que nunca, en una de las épocas más violentas
del imperialismo, por causa de una crisis económica sin precedentes.